miércoles, 22 de junio de 2022

EL LABERINTO DE LA SOLEDAD.

 25-09-2020

Cuadro de texto: Cruz Loma RamiroPaz, Octavio ([1950] 1984) EL LABERINTO DE LA SOLEDAD. SEP, Lecturas Mexicanas número 27. México, capítulo “Máscaras Mexicanas", p. 26-41

Al mexicano todo le sirve para defenderse: el silencio y la palabra, la cortesía y el desprecio, la ironía y la resignación. El mexicano siempre está lejos, lejos del mundo, y de los demás. Lejos, también de sí mismo. El mexicano es incongruente, con lo que dice, con lo hace, con lo que dice ser y con su esencia. Octavio presenta una característica no solo del mexicano, sino en general del ser humano, el esconderse detrás de una máscara. Personalmente considero que todos llevamos mascaras en nuestras vidas, todos los días sin importar nuestra nacionalidad. Nos colocamos mascaras según la situación lo solicite, correspondiente a la expectativa del perfil “correcto” que debemos portar frente al otro para que este no nos rechace y por ende acepte en su tribu o grupo. Es decir que somos uno frente a nuestros padres o tutores responsables, uno en la escuela, otro con nuestra pareja y uno muy distinto con nuestros amigos más íntimos. Ahora desconozco que tan marcado sea esta falsedad o mecanismo de defensa en otros países pero lo que aquí se responde es la identidad mexicana y sus máscaras. Pero más allá del ¿Quiénes somos frente a los otros? Me parece primordial responder al cuestionamiento ¿Quién soy?, ¿Quién soy para conmigo mismo? Uno de los pigmentos que usamos para nuestras mascaras es “el mexicano no se raja, no se abre porque el que se abre es puñal o vieja” característica retratada en la infinidad de canciones rancheras que osan elevar el ego del mexicano y de sentirse superior frente a su semejante. Al menos pasivamente sexual a través de albures y jerga regional. El mexicano considera hostil el ambiente por lo que siempre tiene que estar a la defensiva para no sea este el “rajado”, debe saber defenderse a través del juego de palabras que sirve como herramienta para demarcar quien es el macho en un encuentro con su conciudadano. Pero también debe ser bueno para “trompo” de saber defenderse no solo verbalmente si no en especial físicamente ya que a través de esto muestra que tan hombre es al enfrentarse a su oponente y si se llega de negar termina con la etiqueta de “vieja” “gallina” “cobarde” términos que aluden a la concepción de la mujer como eslabón débil que por lo general suele ser sumisa y  dominada. El mexicano le tiene miedo al otro, pero no a alguien en particular si no le teme en general a todos los hombres pero instintivamente esto no lo muestra porque no es de hombres y el mexicano hablando del sexo masculino es “valiente” no le teme a la muerte por que “la vida no vale nada”. Lo que nos lleva al siguiente punto el “sufrimiento del mexicano” ¿Por qué llora el mexicano?, oh ¿Por qué no está llorando? Porque México es el país donde “los hombres no lloran y se aguantan como los machos” a menos que se embriaguen eventualmente “ pa’ olvidar las penas” pero después observamos que los hombres se suicidad tres veces más que las mujeres, aunque el suicidio alberga diversos factores este podría ser un punto de partida. El machismo y las consecuencias nocivas tanto para la mujer como para el hombre. Octavio menciona que si no somos estoicos e impasibles somos resignados, pacientes y sufridos. Esta segunda caracteriza suele atribuirse más a las mujeres, el hecho de que la frase “es tu cruz que te toco” solo demuestra que el sufrimiento es algo digno que se debe aceptar y por supuesto resignarse a esta vida que nos “toco” vivir que generar cambios para una vida mejor. Para concluir el mexicano utiliza muchas mascaras para ocultarse a sí mismo, para no conocerse, para no mostrarse tal como es, el mexicano no se queja en cambio sonríe y dice estar bien cuando no lo está, el mexicano por lo tanto es un mentiroso.

3.3. Paz, Octavio ([1950] 1984) EL LABERINTO DE LA SOLEDAD. SEP, Lecturas Mexicanas. “Todos santos, día de muertos”, p. 42-58.

El solitario mexicano ama las fiestas y las reuniones públicas. Todo es ocasión de reunirse. Es la primera vez que escucho que el mexicano es solitario, cuando se describe al mexicano por lo general es lo contrario es lo sociable, es lo que siempre rescatan los extranjeros que el mexicano es muy cálido, amable, sociable y  donde casi todos son tus amigos (lo anterior se cumple cuando  ya “andas alegre”). México es país del espectáculo así es como lo describe Octavio al decir que las grandes fiestas religiosas son un espectáculo, ciertamente lo son pero ¿Qué clase de espectáculo se ofrece? O más bien es un ritual, porque ahora ya no se sacrifica a otro individuo si no que se sacrifica lo cortes, el buen comportamiento donde según el calendario del pueblo o región se le permite al ser mexicano excederse y estamos por comenzar esos excesos que acabaran con el concepto del “tu cuerpo es tu templo” y la incongruencia se hará visible pero no se notara porque todos participamos de estos rituales no importa que seas ateo o tu religión sea distinta porque la predomina es la católica y hay  que hacerle su fiesta al santo que le haya tocado. Se debe hacer la fiesta del pueblo, pase lo pase la pandemia es lo de menos porque ya dios proveerá y de todas maneras “se va morir el que se tenga que morir” porque “cuando te toca, te toca no importa que te quites o te pongas”. Ya se viene el Guadalupe reyes el gran recorrido de los excesos digo de la “fe” donde se rompen las dietas, las metas o mejor dicho los deseos que se propusieron el año pasado, pero por lo general se llega a un punto donde esa meta que siempre te pones año con año deja de tener sentido porque sabes que al final lo vas a abandonar así que mejor ¿para que esforzarse? La fiesta del grito ya paso y aunque no hubo aglomeraciones si hubo gente que fue al Zócalo, pero solo hubo soldados que a grito de pulmón y unos micrófonos hicieron sentir acompañado al presidente AMLO que México sigue vivo, que México no se raja, que no estamos vencidos pero la nostalgia fue inevitable. En el ser humano en la toma de decisiones cuando hay duda suele dominar la emoción, los sentimientos ante la lógica y la razón, por lo que  nosotros no somos la excepción, así que no hubo grito tradicional, pero hubo reuniones familiares y aquí mi mayor queja que personalmente lucho constantemente con ello y que quizás en estos tiempos mi personalidad sea una ventaja, pero si las estadísticas demuestras que “la familia es lo más importante” entonces porque se le visita por qué se hace fiesta ya sea que se cumplan años, se muera alguien, se celebre algo “importante” como ¿nuestra independencia?, el día de la “Virgen de Guadalupe”, próximamente la “navidad” que para nadie es un secreto que no es meramente cristiana, y seguiremos haciendo fiestas durante el resto del año con o sin pandemia, aun a pesar de ya se te haya muerto un ser querido por covid. Creo que la mayor muestra de amor al prójimo es la distancia, las medidas de higiene, uso de cubre bocas correspondiente a nuestras posibilidades pero parece haber un ambiente de que ya no hay pandemia. Pero las fiestas cumplen una función en la entidad mexicana, es un “lujo”, es un desahogo, del callado mexicano, del cortés y educado mexicano. Es en la fiesta donde se libera de lo establecido, pero a pesar de todo el escándalo y alardeo que hace el mexicano en sus fiestas, sigue encerrado en sí mismo, lo que le provoca sufrimiento que año con año intenta liberarse a través de los excesos, a través de la su burla a la muerte que no declara más que su verdadero miedo a la muerte, porque vive como si no hubiera un mañana por eso roba, miente, acapara para sí mismo, no tiene un autodominio, porque le robaron su identidad.

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