Barta, Roger (2002) ANATOMIA DEL MEXICANO.
Plaza y Janees. México, Prologo.
Barta menciona que la anatomía de ser mexicano,
significa ser un ser nacional, su identidad se esfuma cada vez que se quiere
definir pero le atribuye importancia a la imaginación la cual tuvo efecto en la
formación del poder político, habla de que nuestro infierno originario es el
atraso, subdesarrollo y la dependencia. Además nos dice que la tragedia del
indigenismo radica en la contradicción de la fe esencialista fruto de las
corrientes economicistas y fundamentalistas. Los mestizos han sido presentados
como como la identidad nacional. Es aquí donde emerge el mito nacionalista que
es racista e incluyente que esconde detrás una enorme diversidad étnica en
México. Esto me recordó una cifra reciente que menciona que la altura promedio de los mexicanos es de 1.64 para
hombre y 1.58 para mujeres, además el peso promedio es de 74.8 y 68.7 kg
respectivamente, lo cual si se pasa al IMC el “promedio” de los mexicanos
tendría sobrepeso. Un dato que demuestra que a pesar de que la mayoría de los
mexicanos amamos el futbol lo más probable es que solo somos aficionados
admiradores o deportistas de un fin de semana para posteriormente embriagarnos
en alcohol para “ahogar las penas” o en
su defecto “destapar la felicidad” mientras aplaudimos un triunfo de un
mexicano en el extranjero. Lo anterior lo interpreto a manera de que el promedio
o la gran mayoría de los mexicanos somos incongruentes o posiblemente doble
moral, porque si la religión dominante continua siendo el catolicismo; religión
en la cual se hace hincapié que el “tu cuerpo es tu templo” entonces me
pregunto ¿Dónde está la congruencia? Ahora continuando sobre esa línea el “amor
al prójimo y a tus enemigos como a ti mismo” es otro de los mandamientos dichos
infinidades de veces por los practicantes aunque creo que ahí podría
encontrarse un poco de lógica, ya que si tomamos de ejemplo el amor propio el
cuidado del cuerpo, es decir manteniéndolo saludable en la medida de lo posible
y con las recomendaciones que ya todos conocemos pero pocos realmente ejecutan
o solo durante los primero 2 meses del año y posiblemente otros al final de
este. Entonces surge la siguiente cuestión ¿si ese es el amor propio? ¿Cómo
será el amor al prójimo y al enemigo? Por lo que si ese un ejemplo muy visible, en la parte
cultural la identidad se vuelve más compleja y las discriminación poco visible
o algo más bien normalizada. Donde está bien criticar y poner apodos a
cualquier sujeto que tenga alguna característica muy particular del cual
podamos hacer uso de una de las cualidades del ser mexicano el humor. La
anatomía del mexicano lleva una marca de “los vencidos” o “los conquistados” y
parte de esa cicatriz una falta de identidad “única e irrepetible” o en otras
palabras tenemos y pertenecemos a una identidad diversa, tan es así que en
muchas ocasiones desconocemos la existencia de ese otro o mirabas de arriba
abajo. La ignorancia de ese otro como considero que a todo lo diferente y
desconocido se le teme, pero la respuesta o la defensa de ese temor de esa otra
“tribu” generan discriminación, rechazo, marginación y odio que si no se ponen
límites ocasionan control sobre las vidas de esas minorías o en ocasiones
mayoría pero sin o con pocas oportunidades por una condición de tono de piel,
lengua, etnia, religión o ideología, grupo social o estatura.
Ramos,
Samuel (1987) EL PERFIL DEL HOMBRE Y LA CULTURA EN MEXICO. SEP, Lecturas
Mexicanas número 92, segunda serie. México, capitulo: “Psicoanálisis del
Mexicano”, p. 47-61
¿Acaso
será imposible expulsar al fantasma que se aloja en el mexicano?
No,
considero que no es imposible pero al menos tomara 100 años y claro esta se se
comienza hoy, Ramos nos habla del psicoanálisis del mexicano; de su carácter y
de ilusorio autoengaño, me pareció relevante la comparativa que realiza al
basarse en la teoría del complejo de inferioridad de Adler en el que este surge
cuando el niño se da cuenta de lo insignificante de su fuerza en comparación
con la de sus padres. México como conjunto es ese niño que se percata de lo
insignificante en términos considero yo de mentalidad, porque no es un secreto
que México es un país con una gran variedad de recursos y con un territorio
ampliamente extenso. Nos encontramos en la comparación de nuestros padres
culturales que son los países europeos y nuestro tío y vecino Estados Unidos la
tierra de las oportunidades. Sin embargo nuestra historia pareciera siempre
jugar en nuestra contra o como si simplemente nos autosabotemos por tenerle
miedo al “logro” por decirlo de alguna forma. Somos como el hermano menor que
siempre se quiere parecer a su hermano mayor pero por más que lo intenta y se
esfuerza a su hermano parece irle mejor y casi sin esfuerzo. Lo cual nos lleva
a que el mexicano se siente inferior y tal como lo aclara el autor, no es lo
mismo que a que sea inferior. Algo que también reflexione fue el hecho de que
en cierta manera fracasamos por este sentimiento de inferioridad y porque
dentro de la ilusión colectiva nuestras escalas de valores eran muy altos que
no nos correspondían por nuestros ahora 209 años de “independencia”. Porque es
un tema a discutir debido a que en el marco individual hay investigaciones como
las de Edwin Locke que nos demuestra que
en ciertos casos el tener metas altas y desafiantes es propicias de efectos positivos
al momento de alcanzarlas. De manera paralela le doy razón por que como
experiencia personal también he cometido el error de correr antes de caminar.
Después nos presenta dos posturas o perfiles del mexicano la de “el pelado” que
suele ser vulgar, grosero, ostenta valentía y con “muchos huevos” que además
usa como defensa la feminidad de su prójimo para quedar el como el macho. Pero
una vez pasado por el filtro del psicoanálisis nos percatamos que este
personaje común de la ciudadanía mexicana solo utiliza sus mecanismos de
defensa para ni mostrarse vulnerable ante su “prójimo” que en realidad ve como
oponente o rival que le puede quitar el puesta en el trabajo, la pareja, la
amistad o cualquier otro sujeto u objeto de valor para el individuo. En
realidad este “pelado” que su mayor atributo es el de ser “muy hombre” solo es
un disfraz que oculta a un hombre desconfiado de sí mismo que se traslada en la
desconfianza en todos los hombres y mujeres. Otra característica que no
considero particular del mexicano si no de los latinos es el “vivir hoy” que
“mañana dios dirá” por lo que generalmente no se hacer una planeación de sus
actividades cotidianas y se inicia el día con “ahorita vemos que pedo”. Del
lado de la ciudad tenemos al burgués mexicano que aunque su camuflaje fue
mandado hacer comparte la característica con el peor que la prole que es la
parte iracunda, la falta de dominio de sí mismo y la falta de fe en sí mismo.
Los mexicanos tanto el vulgo como el poderoso vivimos en autoengaño constante y
no es que no tengamos conocimiento de la verdad sino que parece ser más fácil
ignorarla mientras nos contamos y repetirnos historias que reafirman nuestra
creencia de “victima”, “no puedo”, “no lo merezco” o es mejor ser “pobre pero
honrado”. La introversión en el mexicano hace un culto al ego donde aunque
exteriormente somos percibidos como solidarios en tragedias, también
encontramos saqueos y robos a tiendas departamentales que aunque son del
“poderoso” se termina perjudicando a la individuo que labora ahí y que en
muchas ocasiones es un estudiantes tiene que pagar por lo que hicieron sus
conciudadanos que reclamaron lo que “les tocaba”.
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