Reconozco que con tanto miedo jamás he compuesto
No sé con qué verbo empezar ni acabar de escribir esto
Algo estaba mal, pero pensaba que quizás
La edad me volvería normal como los demás
Todo avanzaba, mientras yo me quedaba atrás
Y sentía que mi vida se escapaba a todo gas
Ya no podía relacionarme con la gente
Y el miedo a las personas circulaba en mi torrente
A los 17 busqué ayuda, y de repente
El psicólogo confirmó lo evidente
Supe que padecía de una enfermedad mental
Llamada de forma coloquial fobia social
Un transtorno de ansiedad y timidez demencial
Para que el cual no existía una cura real
Mi condición empeoró, y todo se tornó turbio
Dejé las esperanzas al lado de los estudios
Y con una fortuna que hasta yo envidio
Descubrí la poesía en la víspera de un suicidio
Y fui de folio en folio, de psicólogo en psicólogo
De error a ensayo, y de monólogo en monólogo
Me aferré al odio como un fiel a su decálogo
Y desde aquel punto y final comencé el prólogo
Y en esos años que me robó el habitáculo
Propuse hacer de mis heridas espectáculo
Hice del arte un baluarte receptáculo
Y así apoyé mi depresión sobre su báculo
A los 22 años y 60 días
Le quise poner fin a mi agonía
Pero sopesé, y aunque aún no sé si fue cobardía o valentía
Emprendí una travesía sin saber cómo lo haría
Asiduo a tomar estudios por mi propia vía
Me inmergí de pleno en el plano de la psicología
Sumando la experimentación a lo que sabía
Hice avances comprensivos sobre mi patología
Y como ninguna guerra se ha ganado sin acciones
Comencé a poner en práctica aquellas observaciones
Empecé a salir ahí fuera, y coronel de mis misiones
Ingenié mil formas nuevas de enfrentarme a los leones
Pasaron tres meses si es que mal no me recuerda
Este cerebro que a veces se olvida de su leyenda,
Cuando creí que no avanzaba, y en una sugestión lerda
Vi la cima tan arriba que casi suelto la cuerda
Y con solo la última esperanza de respuesto
Y todos mis ahorros como único presupuesto
Volqué dos años y 500 euros en el cesto
Como el que paga la fianza de su propio arresto
Busqué al mejor psicólogo que había en mi cuidad
Hasta dar con uno que tenía como especialidad
Precisamente las mentes aquejadas por mi mal
Que trataba con terapia cognitivo-conductual
Resolvimos ese precio porque yo más no podía
Y acordamos díez sesiones de 50 euros por día
Puse todos mis esfuerzos e ilusiones y sentía
Que después de esa terapia mi vida mejoraría
Pero tras una batalla muy diferente
En la que si bien hubo heridos, no hubo muertes
Sentí que aquella quimera tras de mi cayó
Cuando todo seguía igual y la terapia concluyó
Saliendo de la clínica el cielo se oscureció
Y pense: "ya no hay nada que hacer, todo se acabó"
Quise acceder a lo que el sueño me enseñó
Moví otra ficha, y la desdicha se ensañó
Seguí con mis estudios, fui riguroso y constante
Con más irritación y menos dinero que antes
Con resultados poco más interesantes
Que una vorágine de frustraciones incesantes
Y en una de esas semanas arrepentidas
Volví a mi casa con la batalla perdida
Senté a mi madre en una charla decidida
Y se dió uno de los momentos más duros de mi vida
Le dije en una conversación la cual no olvido
Si este año no me curo, este diciembre me suicido
La vida así no me renta y espero que lo comprendas
Así que cuando lo haga no quiero que te sorprendas
Para que no se antojase la huida placentera
Pasé se jugarme la salud a la vida entera
Y cito, como un devoto los versículos mi lema
Cuarta frase, del quinto párrafo de este tema
Comprendí que la amenaza favorece a los intrépidos
Que con la muerte en los talones se corre más rápido
Así prosperé por mil teniendo por mi inexistencia
Y entendí por qué las guerras hacen que avance la ciencia
Y poco a poco percibí un leve progreso
Como el que aumenta su renta a cinco céntimos de ingreso
Luché, luché, y luché, y no escuché más que mi seso
Dispuesto a cambiar mi vida noche y día, me volví obseso
De aquel túnel oscuro, mensajero del futuro
Comenzó a brotar un claro del que aún no estaba seguro
Reconozco que reconocerlo fue un proceso duro
Se los juro que tan solo de escribirlo siento apuro
Tras mucho socializar conocí personas nuevas
Y deduje entonces que era hora de ponerse a prueba
Me introduje en la boca del lobo, desnudo de excusa
Tomando al miedo por reto, y a mi libertad por musa
Comencé a salir de noche en un derroche de fe drástica
Hice frente a temores de dimensiones galácticas
Hasta que la discoteca se hizo mi campo de prácticas
Y mi habitación el estudio de cada táctica
En todo mi proceso me prohibí el alcohol
Reemplacé toda ocasión de inhibición por el control
Así me aseguraba que cada misión lograda
La ejecutaba yo, y no mi versión drogada
Usando el comprensivo látigo de la razón
Pude domesticar mi acelerado corazón
Hubo momentos duros, de profunda desazón
Pero con mi disciplina hice pedazos su armazón
Y sin más enseres que una avidez de placeres
Salí noches de allí sientiendo que tenía poderes
Perdí la vergüenza, luego el miedo a las mujeres
Y un día viéndome al espejo este me dijo: ¿Tú quién eres?
Tras coquetear con una atractiva muñeca
Se dió mi primer beso en una fría discoteca
Y tal vez como venganza o ganas de reírme del mundo
Al día siguiente fue con otra que me di el segundo
Era como estar en una nueva realidad
Apenas pasó un año, repetía mi vanidad
A los 23 perdí la virginidad
Pero no fue hasta después que hice el amor de verdad
Conocí a otras chicas, tuve encuentros sexuales
Vi que confundí cometas con cuerpos estelares
Después de un juramento y un intento de empresa
Llegó aquella navidad y hubo plato en mi mesa
Volví al folio, estaba donde lo dejé
Esperando de mí un odio que ahora desaconsejé
Escribí para decirle nunca más, a este calvario
Y lo firmé con mi más grande Solitario
Odio el pre-sexo, la burocracia me irrita
Pero acudiendo a un encuentro con otra cara bonita
Noté algo adentro que era diferente a lo que excita
Y aquella sin saberlo fue nuestra primera cita
Me enamoré de ella y vaya calamidad
Cuando en sus ojos no ví huellas de reciprocidad
Jugando al mismo juego de ocultar el sentimiento
Para darnos cuenta luego de ser dos crueles expertos
Solo le mentí al folio cuando creí perderte
Desquiciado y errado en aquel sentimiento fuerte
Y pensando que ya nunca volvería a verte
Compuse obras precoces anticipando mi suerte
Me adentré de nuevo en el pensamiento profundo
Con más fuerzas que nunca y menos cariño hacia el mundo
Había logrado curarme, sí, pero al fin y al cabo
¿De qué sirve la riqueza si nada vale un centavo?
Llegó aquel día, le expresé lo que sentía
Esperando que me matase y acabase mi agonía
Pero no fue así, y sí, para fortuna mía
Su boca contradijo lo que mi mano escribía
Aunque en futuros no creo, y en pasados soy agnóstico
Nos veo y leo en este presente un feliz pronóstico
Más vivo en la razón, corazón, y no en lo fantástico
Pues sé que adelantarse es anticipar al diagnóstico
En este mundo caro en el que todo cuesta
Voy a sentarme frente al faro de su puesta
Algunos me preguntan: ¿Qué es de tu vida?, contesta
¿Y la respuesta?, la corta no existe, la larga es esta
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