jueves, 30 de septiembre de 2021

Análisis de discurso 1-12-2020

 

1. El análisis del discurso y las metodologías investigativas

2. El discurso y el análisis del discurso

3. Supuestos y niveles de los discursos

 

LOS POBRES SON POBRES PORQUE QUIEREN

“Que fracases o tengas éxito en la vida no dependerá de nadie más que de ti”

Esta frase me inspiro bastante a seguir mis sueños, pero ahora que me encuentro en el camino de uno de ellos, parece no cobrar sentido.

Breve historia: Un adolescente de una comunidad rural encontró en la literatura un refugio, y debido a su contexto encontró en los libros de Autoayuda la guía para alcanzar la “felicidad”. Durante alrededor de 4 años leyó todo lo que podía al alcance de sus recursos, siempre prefirió un libro a un pantalón nuevo. Pero se encontró en un ambiente que criticaba y rechazaba su ideología así que surgió la duda ¿y si todo lo que he leído y creído es mentira? ¿Y si es así ahora qué?

De repente todo su plan de vida se derrumbó…

ARTICULO: “La construcción del otro y el discurso de la pobreza, narrativas y experiencias desde la periferia de la ciudad de México.

Características elementales de la población de estudio: Personas que se encuentran en pobreza en la periferia de la Ciudad de México.

Objetivo General de la Investigación: Desmantelar los mitos, estereotipos y estigmas sobre los pobres y sus lugares que sustentan el discurso público de la pobreza.

Resumen explicación: Se trata de un discurso fuertemente normativo, basado en ciertos supuestos teóricos – con pretensiones de universalidad- sobre el comportamiento (racional) de los actores (pobres), evidencias anecdóticas e interpretaciones ad hoc, aunque carentes de evidencias empíricas sistemáticas y confiables.

Los pobres son considerados “culpables” de su propia situación, de no hacer lo 2necesarios” por y para sí mismos, producto de una “cultura de pobreza” y de situaciones anomicas que se transmiten intergeneracional mente.

La explicación: “la pereza”, “si no trabaja es porque no quiere, porque es un flojo”

Los pobres son acusados de no hacer lo suficiente por ellos mismos, y el gobierno, por tanto, no tiene la obligación de ocuparse de ellos.

En contraste se destaca la posición desfavorable de los pobres en la estructura social, por lo que los poderes públicos tienen el deber de ayudarlos para lograr una mayor justicia social.

¿Cómo diferenciar a un trabajador de un delincuente?

Los pobres pueden ser considerados desviados y peligrosos, apáticos y pasivos, o visualizados como luchadores heroicos que enfrentan cotidianamente carencias y privaciones, en todos los casos somos nosotros los que deberíamos hacer algo por ellos.

El pobre es el tramposo, el que no se esfuerza, el que “no le echa suficientes gans”, el otro.

La explicación de la pbreza por la pereza, choca con una realidad ampliamente extendida, la del trabajador pobre, que aunque “le ehche muchas ganss”, no deja de sufrir privaciones.

El pobre no es tal por no trabajar lo suficiente, sino precisamente porque trabaja durante largas jornadas en empleos inestables y condiciones inseguras, con escasas oportunidades de mejoramiento y a cambio de muy bajos salarios.

Ser joven y residente en los barrios periféricos se traduce en ser “peligroso”, “violento”, “vago”, “ladrón”, “drogadicto”, “malviviente” y “asesino” en potencia.

CIFRAS DE MOVILIDAD SOCIAL:

Hipótesis: (Personal)

Conclusión:

Es preciso evidenciar y desenmascarar el cinismo de un discurso dominante que responsabiliza a los propios pobres de sus carencias y remplazarlo por un discurso (y una realidad) de derechos; sobre todo, el derecho a una vida digna y a ser tratados como semejantes.

 

Somos lo que consumimos y el que no tenga con qué consumir no tiene como ser y se excluye, se rechaza, se convierte en un eventual riesgo, un peligro, una amenaza y de ahí el miedo que le sentimos al pobre. Nuestros amigos se basan en la educación que consumimos, nuestros vecinos por el conjunto cerrado en la que vivimos nuestra familia por los círculos sociales que construimos consumiendo y el que queda afuera, el pobre, se convierte en riesgo, en amenaza difícil de explicar. No pueden entrar ni siquiera los centros comerciales que se convirtieron en el nuevo templo para el encuentro. La filósofa española Adela Cortina llamó el miedo al pobre, la aporofobia, argumentando que al final, más que un miedo al extranjero y al inmigrante hay un miedo al pobre.

 

Mucho depende del individuo, pero creer que TODO depende de él, es NEGAR la realidad. Cesar

 

 

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